El gran número de pacientes con coronavirus colocó en primer plano el tema de la sobresaturación del personal e instalaciones médicas alrededor del mundo. Durante el Día Mundial del Autocuidado, Carol-Ann Stewart, Head de CHC Latam, muestra cómo el cambio de actitud de las personas que optan por manejar su propio cuidado de la salud, sin el apoyo inmediato de un proveedor de atención médica durante la pandemia podría ser, en el futuro, la luz al final del túnel para los sistemas nacionales de salud.

Carol-Ann Stewart, Head de CHC Latam
¿Qué impacto tuvo COVID-19 ante las actitudes de autocuidado de las personas?
Ha habido una tendencia mundial hacia el bienestar general desde hace algún tiempo, pero el inicio de la pandemia COVID-19 lo aceleró. El bienestar general defensivo está creciendo exponencialmente con las personas que tratan de proteger su propia salud y la de sus familiares, por lo que hubo un cambio de actitud en la forma en que las personas están practicando su autocuidado, especialmente porque las consultas médicas presenciales son ahora más difíciles.
El mensaje de autocuidado antes de la pandemia era generalmente positivo, a menudo comunicado mediante imágenes de personas practicando yoga durante los amaneceres y el consumo de licuados compuestos de vegetales verdes.
Hoy día, el mensaje cambió. El virus trajo consigo el miedo, que es un poderoso motivador que podría acelerar el cambio hacia bienestar preventivo. Varió la perspectiva sobre la importancia real del autocuidado, ya que las personas que tienen más probabilidades de fallecer a causa de la enfermedad de COVID-19 son aquellas con comorbilidades o condiciones de salud preexistentes.
¿Qué cambios de conducta son notables?
Antes de COVID-19, el comercio electrónico estaba creciendo constantemente para los productos de venta libre, pero en los últimos meses aumentó dramáticamente, a medida que las personas buscan una manera segura y conveniente de comprar. Los farmacéuticos locales independientes también están observando un aumento en los usuarios a medida que la gente hace sus compras más cerca de casa, que para muchos también se ha convertido en su lugar de trabajo.
Con la pandemia, ya hemos visto una acogida global de nuevos hábitos para prevenir la enfermedad – uso de mascarillas, lavado de las manos, distanciamiento social y cuarentena– que muestra que las personas pueden responsabilizarse y modificar su comportamiento para prevenir enfermedades, pero el motivador es una amenaza en vez de una promesa de buena salud.
¿Estas nuevas conductas incursionarán hacia futuros esfuerzos para construir sistemas de salud sostenibles?
Espero que esto pueda arrojar un resultado positivo a raíz de la crisis del coronavirus, que el autocuidado sea visto como parte de un enfoque integrado de atención sanitaria de extremo a extremo para las sociedades a nivel mundial, un objetivo que la Organización Mundial de la Salud ya está impulsando.
Si más pacientes cuidaran o protegieran su salud por sí mismos y atendieran sus malestares menores en casa, el tiempo y el dinero ahorrados permitirían a las instituciones y especialistas enfocarse en condiciones más graves; resultando en un beneficio mutuo para consumidores, médicos y gobiernos.
COVID-19 puso en evidencia la sobrecarga de los sistemas sanitarios, pero esto no es de ninguna manera un nuevo problema: habrá una escasez estimada de 18 millones de trabajadores sanitarios para 2030.1
Si lográramos incluir el autocuidado como parte del pensamiento de extremo a extremo y a su vez añadirlo en el tratamiento de cuidado, todo el mundo se beneficiará. Realmente espero que COVID-19 pueda inspirar este cambio.
+Enlace a la respuesta de Sanofi contra Covid-19
https://www.sanofi.com/en/about-us/our-stories/sanofi-s-response-in-the-fight-against-covid-19
+ Enlace al sitio web de la Federación Global de Autocuidado [inglés, Global Self-Care Federation]
https://www.selfcarefederation.org/
Referencia: 1https://www.who.int/hrh/news/2019/addressing-18million-hw-shortfall-6-key-messages/en/